CUENTO EN CADENA

5è A

La dura pelea en la selva

Hace mucho tiempo, en la selva amazónica, dos aventureros entraron y no volvieron a aparecer. Había un monstruo gigante con 500 ojos, cuatro pies, siete brazos y dos orejas. Tenía el superpoder de fuerza y arrasaba todo lo que tenía por delante. Cuando se encontró a los dos aventureros empezó a correr detrás de él y el aventurero tropezó con una piedra y cayó al suelo pero se levanto muy rápido. Siguió corriendo dolorido hasta que se arrojó en una cueva oscura. El aventurero pasó la noche en la cueva y cuando amaneció el aventurero fue a buscar a su compañero que se había perdido en un bosque y el gigante chillando y no sabía donde estaba su compañero. Pasaron horas y nada, no lo encontraba. Pensó en rendirse pero recapacitó y se puso en lugar de su compañero que estaba por el bosque perdido. Entonces comenzó a oír: - ¡eo, eo, eo! – y entonces se encontraron, pero… con otro monstruo con el cuerpo todo lleno de pinchos y comenzó a atacarles.
El nunca se había sentido tan furioso, ya que nadie nunca se atrevió a atacarle. En ese momento se levantó y empezó a gritar en defensa propia, aunque dentro, en su interior, estaba triste. Al acabar la pelea el monstruo se sintió mal y le preguntó si estaba bien pero el no quiso contestarle nada.
El monstruo siguió sin contestar. Pero el monstruo se fue a una cueva oscura llena de porquería. El monstruo se durmió y se volvió a despertar y luego se fue a comer gente a un pueblo muy cercano. Cuando llegó, dieron la alarma y todos asustados huyeron. Entre ellos había su compañero, pero él no lo distinguía mucho.
Minutos después llegaron los indios con lanzas, flechas, hachas y lo intentaron matar, pero fallaron en el intento porque llegó el monstruo a protegerlo y para que no se hiciera daño se puso delante y les asustó para que se marcharan y no molestaran más al otro monstruo. Vino mucha más gente, pero seguían defendiendo; los dos monstruos se asustaron mucho y todo el mundo les atacaba y cada vez se ponían más nerviosos y comenzaron a chillar.
La gente al oír los chillidos tan altos de los dos monstruos, se pusieron muy nerviosos y se estaban volviendo ha enfurecer. Esta vez nadie llegó al pueblo y decidieron quedarse a vivir, pero, vinieron los aventureros y se fueron a la selva corriendo lo más rápido posible vigilando que no viniese el monstruo con cabeza gorda de chicle. Pero al monstruo se le había petado la cabeza luchando, se cayó al suelo y se puso a gritar como loco, sin sentido alguno paso y se lo llevo al hospital. Se puso bueno y los monstruos se fueron del hospital a la selva. Entonces el otro monstruo viendo lo que le hicieron a su hermano, los tiro a todos al agua y algunos murieron y otros se salvaron y los reyes de la selva fueron los monstruos.

Kevin

Lucia